Friday, January 11, 2013

Sociedad de la información: contenidos móviles y útiles

Algunas claves que me sugiere el informe La Sociedad de la Información 2012 de Fundación Telefónica para el periodismo y los medios:


Casi dos de cada tres lectores (59,3%) de prensa dispuestos a abandonar el papel. Crece la audiencia y el consumo de información sólo en medios digitales. El móvil y las tabletas son los primeros soportes que realmente sustituyen al papel.
La audiencia digital ya casi iguala a la de papel: 14 millones de lectores en papel frente a 12 millones de audiencia de los diarios digitales. En las revistas la audiencia aún es muy mayoritaria en papel.
El papel no está muerto, pero cambia su función y su rol en el ecosistema y el negocio informativo. Se convierte en un producto más de una marca de contenidos a los que el público accede a través de más medios y soportes.


El móvil es el soporte de la información. La información acompaña al público en todo momento con el móvil. Con un 63% de usuarios de teléfonos inteligentes (smartphones), los móviles son el soporte que permite crear el engagement con el público.
El medio y la marca acompañan al usuario en su vida cotidiana a través del móvil, donde se crea una relación afectiva e íntima mucho mayor que en el resto de soportes y sólo igualada por la tableta.
El móvil demanda de los medios convertirse más que nunca en una guía útil para la vida cotidiana. Esa utilidad la determina cada contenido en función de su naturaleza, pero el periodismo debe aportar el enfoque de mayor utilidad para la sociedad y cada uno de los consumidores.
No basta con informar, es mejor aumentar el conocimiento útil sobre la realidad.


Los contenidos son multipantalla, los medios están obligados a ser contextuales y a crear un ecosistema informativo. Los contenidos y la información deben estar en todos los soportes y pantallas, pero la ley de la redundancia no implica que el desarrollo del contenido y la oferta sea el mismo. El público accede a los contenidos a través de los diferentes soportes en función de su actividad, sus intereses y la evolución de sus hábitos de consumo informativo y de contenidos a lo largo del día.
Satisfacer esa demanda requiere contenidos 24/7 -a todas horas todos los días- pero también ofrecer una oferta con estilos, experiencia de usuario y enfoque de la información o el contenido distinta en función de la situación, actitud y soporte de acceso al contenido por la audiencia. Esa oferta requiere una programación contextual de la información.
Convertirse en medios contextuales para acompañar a la audiencia en sus necesidades informativas y de consumo, pero consiguiendo escalabilidad en la producción y edición de contenidos.
El acento de la mayoría de los medios en el mercado digital ha estado hasta ahora en producir más contenido durante más tiempo: aumentar el volumen y el horario de la oferta. Esa es una programación imposible de sostener para la mayoría y que será progresivamente sustituida por la agregación, la edición semántica y apoyada por la inteligencia artificial.

El problema de los medios y la audiencia es lograr el contenido de mayor interés y calidad para cada tipo de público con la mejor relación (engagement) entre marca y audiencia. Producir más contenidos durante más tiempo no es la única ni la mejor solución. Puede ser adecuada para medios de gran volumen, pero el mayor engagement se consigue con contenidos relevantes adecuados al público al que se dirigen y con la mejor experiencia de usuario a través del soporte de acceso.
Esa mejora en la experiencia de los contenidos es la base del aumento de la eficacia y rentabilidad publicitaria en los medios.


Los contenidos son sociales, los medios también deben serlo. Las redes sociales son el eje de la comunicación y la relación entre los nómadas digitales. La adopción de las redes sociales y de la mensajería instantánea es casi universal. Son el nuevo espacio y herramienta de socialización. Los medios y los periodistas deben estar en las redes no sólo como marcas personales, sino como nodos de las redes. El periodista y los medios debe convertirse en un red social: un guía para el público en la enorme abundancia de las redes. Los medios deben ser espacios y plataformas para la participación de calidad tanto internamente como de forma distribuida en las redes donde los usuarios despliegan la mayoría de su actividad.


La información y los contenidos ocupan un espacio limitado en las redes sociales. La comunicación entre usuarios es la principal razón de uso y pertenencia a una red social. Pero una parte importante de la identidad de dominio público de cada usuario en las redes se construye con información y contenidos de medios.
Para alimentarla no basta con la corriente continua de titulares y noticias de escasa vida. La longevidad de la información, y por tanto su escalabilidad, es mayor cuanto más útil y utilizable es para el usuario, tanto por el enfoque y contenidos como por los formatos y estilos empleados para aumentar su consumo y legibilidad.


Contenidos de acceso continuo y multipantalla. La propiedad ya no importa. Los contenidos dejan de ser una propiedad (un producto) para convertirse en un servicio. La conexión permanente y desde cualquier lugar y dispositivo de la extensión de la banda ancha móvil empuja a albergar los contenidos en la nube y a hacerlos accesibles al público desde cualquier dispositivo y momento sin depender de dónde están.
El aumento del acceso al contenido es la clave del éxito de Amazon, Netflix o Google. La mayoría de medios no han conseguido esa accesibilidad. La propia estructura de los contenidos y la información está pensada desde la escasez, la oferta vinculada a la actualización y lo efímero. Un producto de consumo masivo que se agota en un tiempo de vida breve.
Pero esa no es la realidad del consumo digital en hiperconexión. Cuando todo está accesible en cualquier momento la actualidad manda en la información, pero la vida útil del contenido se desdobla en el tiempo de la información y el tiempo del consumo y la recomendación.
Los contenidos son interesantes y actuales cuando se producen (una noticia, la temporada de una serie, un lanzamiento de un disco, etc.) pero también cuando se comparten y logran relevancia social. Por eso reviven a menudo en las redes sociales viejas noticias o reportajes, vuelven a las listas de éxitos viejas series o revive una canción.
Lo de menos es comprar y ser propietario de los contenidos, como en los viejos mercados. La mejor oferta es disponer de ellos cuando un amigo los recomienda o cuando el usuario dispone del tiempo, el interés y la actitud adecuada para su consumo. De los contenidos como producto -finito, acabado y poco reutilizable- a los contenidos como servicio: amplia accesibilidad en cualquier momento y soporte, archivo y catálogo vigentes, con mejor búsqueda y recomendaciones que aumentan criterio para decidir el consumo.