La revuelta de los periodistas
El manifiesto en apoyo de Carlos Hernández y otros 214 profesionales despedidos de Antena 3 se ha convertido en una auténtica revuelta de periodistas como pocas veces se ha visto en España. Los promotores están desbordados por las firmas, que sobrepasan ya el millar, y en los grandes medios nacionales se han comenzado a recoger en bloque para facilitar el trabajo de recopilación.
Los promotores indican que el apoyo es amplísimo en las redacciones de El País, El Mundo, ABC, Telecinco y Televisión Española. En los medios catalanes la adhesión comienza a ser significativa en El Periódico y se extiende poco a poco al resto.
Por ahora la difusión y alcance es menor en los medios regionales y locales.
A imitación de lo que ocurrió en la guerra de Irak, internet es el medio de difusión de una iniciativa que reúne muchas frustraciones y protestas a medio cuajar alrededor del Expediente de Regulación de Empleo de la televisión.
Lo que comenzó como una iniciativa de corresponsales de guerra españoles y extranjeros en apoyo de Carlos Hernández, su compañero en Afganistán e Irak, se ha transmutado en una protesta colectiva del oficio que reúne elementos dispersos:
>> el cansancio por la manipulación política de los medios, en especial los públicos y los asociados a su órbita;
>>el rechazo del maridaje de política y capital: la historia viva de Antena 3;
>> el ensachamiento de la brecha entre gerentes y periodistas en muchas empresas de comunicación;
>> el malestar por la degradación de las condiciones laborales;
>> el hastío por una evolución de los medios y su consumo que a menudo no se entiende, no se comparte o no se explica.
El cabreo y la desconfianza de muchos periodistas ha encontrado un icono en esta movilización.
La protesta debería servir también para que muchos responsables periodísticos de todos los niveles y muchos profesionales de base revisen su comportamiento en situaciones menos extremas.
La manipulación y la falta de independencia tiene sus impulsores, pero también quienes viven cómodamente con ella.
Dice el manifiesto que: "¿Son causas de despido ser honesto, riguroso y humilde? Porque no hay una sola razón empresarial para despacharle de una empresa a la que ha servido desde su creación en 1989".
Existen razones empresariales por la sobredimensión de unos servicios informativos hinchados durante la etapa de Ernesto Sáenz de Buruaga, cuando el proyecto y estrategia de la cadena era otro. Razones de cambio de estrategia y rentabilización, parezcan justificación suficiente o no.
Otra cosa es que a los periodistas nos gustaría que no se despidiese nunca a ninguno de nosotros, y menos a quienes hacen bien su trabajo. Una decisión que impulsa a pensar que hay más razones.
Un símbolo que veremos dónde y en qué acaba.
Periodistas en Guerra
Periodistas 21 | Solidaridad con Carlos Hernández