Contra el pago a testigos
La decisión del Gobierno británico de prohibir el pago a testigos de juicios (chequebook journalism) por sus declaraciones es una buena noticia para el periodismo. También lo es que los medios británicos le hayan pedido al Gobierno Blair la oportunidad de autorregularse y endurecer las normas contra esta práctica que ya estaban en el código ético de la Press Complaint Comission.
Los pagos a testigos de procesos penales han llegado a ser tan comunes que muchos juicios se han convertido en un circo en el que es imposible discernir las responsabilidades de cada cual, con acusados, defensores, jueces y demás irremediablemente contaminados. Los medios se llenan de testimonios escandalosos, escabrosos e imposibles que poco parecen aportar al bien común y o la democracia y sí dan pábulo a lo peor del ser humano.
En el colmo de lo grotesco, algunos juicios han tenido que ser anulados a consecuencia de lo aparecido en los medios y de la extrema contaminación del entorno.
Los editores de diarios sensacionalistas y de los programas televisivos del género aseguran que están dispuestos a dejar de pagar por testimonios durante los juicios pero defienden la legitimidad de hacerlo después, cuando ya no se pueda viciar el proceso.
Si se impone este punto de vista, el periodismo seguirá perdiendo frente al sensacionalismo. Los medios responsables y los quality deberían defender una autorregulación más estricta.
Ojalá una iniciativa profesional en esta dirección surgiese en España. Quizá entonces la parrilla televisiva nocturna mejorase, incluso los índices de audiencia.