Friday, December 11, 2009

Microsoft se hace con la escuela 2.0

La escuela 2.0 sufrirá el determinismo tecnológico de Windows. Microsoft ha conseguido que los portátiles del plan Escuela 2.0 incluyan Windows. Las comunidades autónomas decidirán si los ordenadores educativos llevan software libre como sistema operativo, Windows o arranque dual (los dos sistemas a elección).
La secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, ha desoído las propuestas para el uso de software libre en los ordenadores escolares escudándose en la neutralidad tecnológica mientras la presidenta de Microsoft Ibérica, María Garaña, se ha permitido descalificar las críticas acusándolas de "ideológicas".
El acuerdo intentará someter a los centros y a los educadores a los programas y herramientas de Microsoft. Una limitación insuperable en algunos casos para el uso de nuevas herramientas y tecnologías más abiertas, personalizables y, en muchos casos, gratuitas.
Pero lo que nos jugamos es crear ciudadanos dependientes de una multinacional, sin mayor conocimiento ni acceso a las herramientas que manejan, o educar con capacidad de conocer, dominar, compartir y mejorar esas herramientas.
Ese es el verdadero debate entre el software libre y el propietario en la educación.
Los otros castigados son la industria del software española, forzada a crear desarrollos para Windows y sin capacidad de participar con mayor iniciativa y sin control más que de la comunidad educativa en un proyecto de educación 2.0 donde compartir, colaborar y crear juntos.
¿Dónde quedan ahora proyectos como Agrega? ¿Sólo en los contenidos o podrá ampliar su plataforma de software libre?
La responsabilidad está ahora en manos de las comunidades autónomas y en los centros educativos. El gobierno ya ha olvidado proyectos pioneros como el plan Ceibal en Uruguay y los esfuerzos de una estimulante comunidad educativa por crear contenidos y herramientas libres y participativas para una educación mejor y con más futuro para un país que aspira a una economía sostenible pero que sigue dejando el control de muchos de sus recursos fuera del alcance de sus ciudadanos.