Monday, December 15, 2008

Convergencia digital, pero sólo en ocio

Cuando la convergencia de la sociedad de la información con Europa no va también como debiera, ¿de quién será culpa? Sí, ya: el desarrollo, la riqueza, la educación, etc. pero también algo de responsabilidad tendrán quienes tienen poder para mejorar esa situación: las empresas de telecomunicaciones y los gobiernos, fundamentalmente. Será por eso que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el presidente de Telefónica, César Alierta, decidieron presentar un informe sobre La Sociedad de la Información en España 2008 con un enfoque que conviene a la operadora –móviles, televisión por internet y en los teléfonos celulares- y al Gobierno, que sigue apostando por la telefonía móvil y la televisión como ejes de los planes Avanza.


Y los medios, detrás. Lo que viene en la nota de prensa se publica inmediatamente. Es otra señal de analfabetismo digital y periodístico, como de la maldición de la absurda competencia por la instantaneidad y la irrelevancia informativa. En ella caen medios digitales tan importantes como El País o La Vanguardia, además de otros presuntamente especializados.

El Gobierno y la principal empresa tecnológica española mantienen una coincidencia tozuda por dos tecnologías y mercados donde España posee una posición mejor que en otros indicadores menos prometedores y mucho más importantes en la sociedad de la información porque afectan a la alfabetización digital de los ciudadanos, a la productividad de las empresas y a la innovación tecnológica.
En esta línea la Comisión Europea quiere dedicar mil millones de euros a promover la banda ancha.
Seguimos sin estar en el G-8 digital por mucho que el gobierno pida voz en los grandes foros de los países desarrollados y estemos obcecados por el ocio digital y una movilidad sin herramientas de calidad.

España tiene un 80% de cobertura 3G, por encima del 71% de media europea, y un 20% de suscriptores de banda ancha móvil, el quinto país del mundo. No es de extrañar, es el instrumento preferido por los españoles para comunicarse (75%), por encima del fijo y de cualquier sistema más barato.
Y Telefónica es líder en el mercado con un 48,5% de cuota, según datos de la CMT.

En internet no andamos tan bien, a pesar de que la presentación del informe presume de un grado de penetración de banda ancha entre los hogares conectados a internet del 88%.
Sólo un 44% de los españoles son internautas frecuentes, por debajo de Lituania y lejos del 52% de media europea.
El problema es que sólo el 51% de los hogares están conectados a la Red, según el Instituto Nacional de Estadística (45% según datos de Eurostat) y menos de un 20% tienen banda ancha, uno de los índices más bajos de la OCDE y de la Unión Europea.
Eso sí, está directamente relacionado con nuestro producto interior bruto (PIB): sólo Nueva Zelanda nos adelanta en banda ancha con menos riqueza por habitante entre los países de la OCDE.

Pero Telefónica concentra el 64% de los ingresos por internet en España y casi cinco millones de líneas de los 8,6 millones que permiten el acceso de calidad a internet (CMT).
Telefónica sólo flojea en televisión de pago, donde es tercera tras Sogecable (Digital +, a la que podría comprar en breve después de haber sido socia de Prisa durante años) y de ONO, con problemas de liquidez y de tendido de red (¡bendita CMT, órgano garantizador de la competencia, esa que se queja de los medios y los ciudadanos críticos!).
Pero la empresa de Alierta, la de los expedientes de regulación de empleo cuando gana 5.596 millones de euros en los nueve primeros meses del año, avanza ya en televisión en el móvil con una cuota del 41,8%, por delante del resto de operadores.

¿Y en TDT? Un 31,8% de los hogares ya están conectados y un 54% de los hogares tienen antenas colectivas adaptadas, por encima de Italia o Alemania.

En el uso de las tecnologías por los ciudadanos mandan el ocio y los medios. Los servicios útiles se emplean menos que en el resto de Europa, pero somos campeones en lectura de prensa digital, viajes, música o películas, mientras perdemos en banca electrónica o compras.

Y lo mismo las empresas, bien en cuanto a conexión, pero con menos webs corporativas y mucho menos comercio electrónico –sólo un 9% de la facturación frente a un 12 de media, el 19 de Reino Unido o el 17 de Francia- y trámites con la administración que sus competidoras europeas.
La economía digital sigue lejos de la realidad española.

Un panorama que debería hacer replantearse a los poderes públicos la política de incentivos para las tecnologías de la información. Pero el viejo monopolio de Telefónica y el retraso digital español también se padece en los despachos oficiales.

Artículo para Soitu.es