Wednesday, December 24, 2008

¿Pueden hacer huelga los periodistas mejor pagados?

La redacción de El País está en huelga. Es la respuesta a la preocupación por la crisis económica, la ruptura de la confianza con la empresa, la dirección y la figura del fundador Juan Luis Cebrián. Pero, ¿pueden los periodistas mejor pagados hacer huelga en esta situación? La respuesta afecta a los directores, altos cargos de las redacciones y también a los periodistas mejor pagados y valorados profesionalmente en todos los medios, porque de todos ellos depende en gran parte el medio, la información y la estrategia, ante la crisis general y menos ante la particular del crack económico actual y el hundimiento de la publicidad.

Los directores de los diarios españoles creen que el descenso de lectura en los jóvenes, los medios digitales y la falta de innovación son las principales amenazas para sus periódicos, según el Informe sobre la Profesión Periodística. Y lo son. Pero también son oportunidades y responsabilidades, para ellos y sus redacciones, especialmente para los periodistas mejor pagados y con más competencia profesional.
¿Están afrontando adecuadamente los medios tradicionales los desafíos del cambio de paradigma de la comunicación y de la ecología de los medios?
La respuesta es que no. Pero esa respuesta obliga a muchos matices que pueden resumirse en tres grandes desafíos:
El primero es la dificultad de los desafíos a los que se enfrentan los medios. Obligan a un cambio estructural y profundo en los contenidos, la forma de trabajar la información y los productos informativos.
El segundo es la necesidad de un cambio en el modelo de negocio que tiene enormes consecuencias en la organización de las empresas periodísticas, las redacciones y su estructura industrial, económica y jurídica o de titularidad.
El tercero es la necesidad de cambio de los propios profesionales para adaptarse a las nuevas necesidades informativas, el trabajo en medios abiertos a la audiencia y a otros medios, y a las nuevas tecnologías y sus aplicaciones en las nuevas redacciones, distribuidas y sociales.
Todo ello debe ser acompañado por la empresa. Y muchas empresas periodísticas no lo han hecho bien los últimos años fundamentalmente por tres causas
  • codicia y exceso de presión por la rentabilidad a corto plazo;
  • escasa innovación en la estrategia y en la definición de los puestos directivos responsables;
  • dispersión en otros negocios y falta de independencia de muchas decisiones por condicionantes políticos y económicos.
¿Por qué las huelgas?
La huelga es un derecho de todos los trabajadores. Y a menudo la última expresión de una incomunicación y una falta de estrategia profesional profundas. Además del último recurso contra los despidos. El mal estado del oficio del periodismo en España en los últimos años para muchos profesionales, mal pagados, con alta inestabilidad laboral, depauperación de las condiciones de trabajo, pero también falta de estímulos profesionales responsabiliza a muchos editores y gestores, pero también a muchos cargos periodísticos.
Son problemas de todos. Y la mayoría no tienen arreglo sólo desde el enfoque laboral y económico. Necesitan un fuerte replanteamiento profesional que se echa a menudo en falta.
La urgencia de las condiciones laborales ha ocultado a menudo estos años la importancia de los desafíos profesionales. Por eso los medios, periodistas y redacciones necesitan menos burocratización, más autocrítica profesional y mayor espíritu emprendedor, como se ve en los nuevos medios y falta tanto en los tradicionales.

El periodismo es un oficio y un negocio de enormes rutinas. Es la gran trampa del día a día. Nos consolamos pensando que cada día reinventamos todo porque no paramos de actualizar en internet, de producir ediciones de noticieros audiovisuales o de cerrar diarios. Pero en ese frenesí está la gran trampa de la rutina y el aburrimiento.
Y de la falta de decisiones sobre mañana para primar las de ahora mismo. Cuando te has querido dar cuenta el futuro te ha pasado por encima. Y el público y el negocio desaparecieron. Como la credibilidad y la independencia.
Necesitamos más periodismo. Del bueno, del inquieto, del que se arriesga. Escuchar más y ser menos arrogantes. Aprender continuamente. Primar la reinversión en información y nuevos productos frente a la tiranía de las altas rentabilidades, como los nuevos medios sin ánimo de lucro.
Sólo con esas condiciones se puede esperar una ayuda a la prensa y a los periodistas como la que reclaman los editores o los propios periodistas.

Artículo para Soitu.es