Inmanejable. La explosión de participación en la web ha hecho muchos sitios intransitables. Tantos comentarios, unos con interés y tantos que no, o que molestan y disuaden de participar, hace necesario poder controlar con quién te quieres relacionar, con quién compartir mensajes, comentarios o valoraciones. Y para eso están las redes sociales, lugares donde puedes elegir con quién te relacionas, qué datos compartes y para qué.
Ahora las redes sociales intentan que lleves tu identidad virtual y tu comunidad contigo allá donde vayas: identidad dinámica y distribuida. Es el objetivo de aplicaciones como Facebook Connect o Google Friend Connect, listas para convertir cualquier web en una red social, un sitio donde encontrarse con tus amigos y compartir tu actividad.
En internet somos identidades de dominio público donde mostramos a otros usuarios y a los propios sitios que visitamos nuestros intereses y actividad.
Pero la privacidad compartida es muy difícil de manejar cuando visitas diferentes sitios con diferentes registros o cuando eres usuario de varias redes sociales. En la era de la abundancia internet está lleno de contenidos, pero también de lugares donde encontrarse con otros usuarios. Tantos que muchas veces estás obligado a abrir diferentes cuentas en varios servicios para, al final, acabar relacionándote con la misma gente.
Por eso las redes sociales quieren convertirse en gestores de una única identidad para distribuir como quieras en internet. Facebook Connect pretende que uses tu cuenta en esta red social como identificador y para relacionarte en otras webs. Facebook sigue siendo dueña de tus datos e integra toda tu actividad externa en tu perfil. Google intenta con Friend Connect convertir cualquier web en una red social permitiendo a sus usuarios y a los de Yahoo, AIM o OpenID (un sistema de identificación único) relacionarse con otros usuarios de esas comunidades.
El desafío es ser el gestor preferido de tu identidad y tu comunidad, el sitio donde reunir a tus amigos para explorar la web sólo en compañía de quien quieres.
Columna en los diarios de Vocento