El Congreso amenaza: los periodistas gráficos deberán respetar los derechos fundamentales de los diputados. Una instrucción intenta evitar fotografías de apuntes, ordenadores, móviles y otras herramientas del trabajo legislativo. Para hacerlo prohíbe tomar fotos en el Congreso si no se está acreditado. Fin de las fotos en las redes sociales de diputados y periodistas no gráficos. La decisión refuerza el derecho a la intimidad de los diputados, pero abre un debate sobre el interés público, la transparencia de los políticos y el uso de herramientas como los móviles y ordenadores que combinan comunicación pública como el uso de redes sociales, medios de comunicación, etc. con usos personales como los mensajes o las llamadas.
Al Congreso le indignó una foto de un SMS dirigido a Alfredo Rubalcaba con el chivatazo (falso) del próximo nombramiento de un ministro, pero también las de apuntes de Mariano Rajoy en el debate de investidura. Junto a estos casos hay que recordar las de diputados distraídos con páginas de internet o actividades ajenas a las sesiones y al ejercicio de su función pública.
Que los diputados tienen derecho a la intimidad y al secreto de las comunicaciones no tiene duda. Tampoco el interés público de sus actividades como diputados, más cuando se realizan en las sesiones del Congreso, dentro del hemiciclo o en las dependencias donde se han retratado tantas noticias.
Una aplicación estricta del secreto de las comunicaciones, garantizado por la Constitución, no permitiría descubrir conductas impropias o de indudable interés público realizadas por los electos en sus escaños, como ha ocurrido en varias ocasiones.
Las prohibiciones rápidas y taxativas no suelen ser las más adecuadas. A diputados y periodistas se les exige responsabilidad en sus actos, políticos e informativos. Al Congreso y a los políticos, cuanta más transparencia, mejor. Limitar la información gráfica, sea de periodistas o de los propios diputados, no parece la mejor forma de cuidar el interés público. Contra los excesos están las leyes que protegen a todos los ciudadanos.
Columna en los diarios de Vocento