Fuera de sitio. Ellos y nosotros. Mendigos. Historias de fracaso. Molestia para otros. Elección para unos pocos. Vergüenza para tantos. Hipocresía, tanta.
Muchos no son capaces de aceptar la normalidad del cobijo. Nosotros tampoco sabemos cómo devolverlos a la presunta normalidad de la vida bajo un techo más o menos estable.
Mil razones. De la indigencia extrema a la voluntad de abandonarse. Cada historia, sus raíces.
Y las administraciones públicas a menudo sólo encuentran soluciones para alejarlos de la vista pública. Si no se ve, no existe. O al menos no molesta.
Estas plazas duras, inhumanas, inundan las ciudades para incomodidad y fracaso de todos sin arreglar nada. Lugares para expulsar lo que no sabemos afrontar.
Un paseo por los inventos de la incomodidad para alejar a mendigos y vagabundos de la vista de los biempensantes.