Los periódicos y los políticos ya piensan en las elecciones generales cuando la gente todavía vota o se abstiene en unos comicios locales y autonómicos presentados irremediablemente como primarias y avance de las generales.
De campaña local se ha hablado poco. De crispación y bombardeo de temas nacionales, mucho. Si no fuera por la prensa y los medios locales parecería que este país no tiene problemas inmediatos, urbanos, vecinales, ciudadanos.
La estrategia política de unos y otros ha desdibujado las propuestas de política local y autonómica. La perspectiva y el enfoque de los medios nacionales, prensa, radio y televisión, sobre todo, también.
Otra vez el conflicto vasco y la utilización del poder autonómico y local como estrategia nacional ha devorado la política local tras un arranque con pelea por la corrupción urbanística que ha pasó rápidamente de problema cotidiano a garrote partidario.
Los políticos se han enzarzado con temas nacionales. Los medios, también. Incluso más. Zapatero y Rajoy han hablado más de temas locales en sus mítines de lo que los medios nacionales han reflejado.
La agenda nacional aplasta a la local.
Algunos reporteros de medios nacionales lo han comentado durante la campaña: los jefes sólo compran la crispación, los temas cotidianos quedan para la prensa local.
La crispación vende más que la gestión política cotidiana.
Y el ciudadano queda atónito. Muchas veces desorientado, sintiendo lejanísima la política.
¡Menos mal que muchos medios locales siguen siendo fuertes y ambiciosos periodísticamente!
¡Qué pena que tantos dependan tan irremediablemente del poder local y autonómico!
Las elecciones locales necesitan otra política más abierta, menos partidista, más ciudadana, menos condicionada por otros ámbitos de poder y decisión.
Y también medios, locales y nacionales, que piensen más en los ciudadanos y menos en el poder y sus relaciones con los poderosos.