Tuesday, April 29, 2003

Calidad, beneficios y periodismo


El debate sobre la calidad renace. Periodistas, académicos y ejecutivos rebuscan en los arcanos de la profesión y en las entrañas de los medios en busca de dos respuestas:
¿qué es la calidad?
¿asegura los beneficios?

El balance de dos décadas de adaptación a los intereses del público (market–driven journalism), de desarrollo de la productividad en las redacciones (offset, paginación electrónica y autoedición), ajustes (reducción de plantillas) y mejora del producto (nuevas formas de gestión, marketing, segmentación, suplementos, etc.) es bueno pero no sacía ni a periodistas, ni a editores, ni a ejecutivos y mucho menos a inversores.
En España los medios han crecido las dos últimas décadas como nunca, especialmente los diarios e Internet. En mercados más maduros como los EE UU o Gran Bretaña, la prensa ha llegado a las cotas más altas de rentabilidad (a veces por encima de un margen bruto del 40%) pero está inmersa en la mayor crisis de difusión de su historia.
Tras la panacea de la explosión audiovisual, los nuevos medios no acaban de encontrar el adecuado modelo de negocio pese a su inexorable (aunque a veces lento) crecimiento.
La búsqueda de la calidad y la excelencia periodística aparece de nuevo como el único argumento al que agarrarse para mantener buenos resultados a largo plazo.
Históricamente pervive una lógica cuya certeza es dudosa:
La calidad de los contenidos empuja la difusión y la penetración.
La inversión en recursos periodísticos y redaccionales redunda en contenidos de calidad.
Lo que a su vez aumenta la circulación y la audiencia.
La ecuación sería:
Más inversión redaccional ––>–> mayor calidad ––>–> aumenta la difusión ––>>–> más beneficios

No existen parámetros fiables para determinar la inversión redaccional o el gasto en recursos informativos que un medio debe hacer para garantizar un cierto nivel de calidad y rentabilidad. Las viejas reglas parecen superadas y no hay acuerdo para sustituirlas.

¿Qué es calidad?
La escuela de la comunicación pública afirma que la capacidad de un medio de influir en la vida pública de su entorno, su potencial para animar y orientar el debate público.
Otra escuela afirma que la medida de la calidad está en la credibilidad del medio.
Los partidarios del marketing opinan que calidad es la capacidad para satisfacer de la manera más completa e inmediata los intereses (determinados estadísticamente) de los lectores.
Los economicistas apuntan al mayor retorno posible como estándar.
Hay quienes defienden la conjunción de valores periodísticos tradicionales (credibilidad, liderazgo, estilo, originalidad…)

¿Valen estas propuestas para la era ciberespacial de la saturación informativa?
Es necesario repensar los beneficios y el modo de obtenerlos. El origen de los diarios no está sólo en la rentabilidad económica, sino también en la social.
La doble estructura económica de la prensa (publicidad y compradores de ejemplares) debe ser repensada en un sistema de saturación mediática e informativa. Los medios audiovisuales han dado la vuelta completa al sistema, financiados al principio por la publicidad y acabando en el pago por visión.
Internet precisa un nuevo modelo de negocio, quizá más cercano al audiovisual que al de la prensa.
Renace en el ciberespacio una fórmula hace tiempo abandonada: el mecenazgo y el patrocinio (NPR, PBS, weblogs).
El branding ya no es un marginal poco apetecible y en algunos medios ya es un activo de primera magnitud.

Y sobre la calidad periodística, algunas ideas:
En la era de los comentarios (weblogs, tertulias, opinadores, talk shows) alguien tiene que generar noticias originales: reporteo.
En la era de la saturación es imprescindible la agenda propia.
Cuando la información es inmediata se impone un retorno a la narración y las historias.
Credibilidad, precisión, balance y verificación de la información son valores irrenunciables.
Ningún gran medio lo es sin liderazgo social: criterio, independencia, vigilancia del poder, compromiso social y relevancia pública.
Y todo ello con una fórmula atractiva, de contenidos y forma.

Dicho de otra forma, un medio de calidad debe reunir:
rentabilidad: audiencia y publicidad, buena gestión.
efectividad. satisfacción de los intereses de los lectores.
eficiencia: reducción de errores, alta productividad.
economía: excelente gestión de costes, buen ratio inversión/retorno.

Abrimos el debate. Apunte más criterios y factores para conseguir calidad y rentabilidad.