Wednesday, February 19, 2003

Una victoria de la precisión


El periodismo debe ser preciso. Cuanto más exacta la información, mejor. El recuento independiente de la asistencia a las manifestaciones es un desagüe permanente de credibilidad para los medios españoles.
Las manifestaciones antibelicistas celebradas en España llevaron a uno de los medios de referencia, el diario El País, a hacer un recuento aritmético de los asistentes a las manifestaciones. Lo ha vuelto a hacer con la manifestación de Nunca Máis en Madrid. Desgraciadamente pocos medios han secundado esta buena práctica tan poco empleada. Algunos incluso comentan la disparidad de cifras sin hacer el mínimo esfuerzo informativo propio.
Aplicar la sencilla y vieja regla de contar tres manifestantes por metro cuadrado ha sido una permanente frustración en España para muchos profesionales. El hábito mayoritario de citar asépticamente las estimaciones de convocantes y autoridades ha teñido de manipulación y desinformación las protestas de colectivos y ciudadanos durante demasiado tiempo. Los principales perjudicados han sido los lectores, a los que se les ha negado la información precisa e independiente, y los propios medios, cuya credibilidad se ha deslizado entre las manipulaciones de unos y otros.
Como afirma en sus principios el Comittee of Concerned Journalist, una organización profesional dedicada a luchar por mejorar los principios y criterios del periodismo de calidad: "El propósito central del periodismo es proporcionar a los ciudadanos la información precisa y creíble que necesitan en una sociedad libre". Una de las grandes amenazas para esa sociedad libre es la falta de información precisa y su sustitución por declaraciones. Otra quizá sea la falta de exigencia o de compromiso de los periodistas. En un país donde todas las poblaciones importantes están perfectamente cartografiadas no caben obstáculos para hacer una simple operación aritmética.
Bajo el foco de la precisión, la manipulación de las cifras de manifestantes por unos y otros revela información de mayor calado.
¡Ojalá el ejemplo cunda!