Monday, November 05, 2012

Monopolios de autor

Todo baja con la crisis excepto dos cosas: la audiencia de los medios gratuitos y los derechos de autor y de imagen de los contenidos. Las radios se han puesto en pie contra las sociedades de gestión de derechos de autor porque quieren aumentar unilateralmente entre un 70 y un 200% el canon que se debe pagar por la música en la radio convencional o en internet. Junto a los costes crecientes de los derechos deportivos y el control de las grandes distribuidoras de Hollywood sobre el cine crecen las dificultades para hacer llegar contenido de calidad a la audiencia cuando la publicidad ha vuelto a caer casi un 17% en la primera mitad del año.
La audiencia tiene más medios para consumir, pero los contenidos más deseados siguen en manos de unos pocos. Los medios crecen exponencialmente con la explosión digital. Hay más gente que nunca dispuesta a pagar por la música, el cine y otros contenidos a través de más soportes y pantallas, pero los precios y el sistema de ventanas de exhibición (calendario) siguen siendo el cepo que atenaza a los consumidores y a los medios.
Con tanta fanfarria sobre la liberalización de mercados y el aumento de elección para el consumidor cuesta entender porqué continúa el monopolio de las entidades de gestión de derechos sin que se reforme un mercado opaco e injusto. Cómo gobiernos, autoridades de competencia y empresas son incapaces de conseguir mercados y sistemas de licencias más abiertos y flexibles para mejorar y abaratar la oferta.
Hace casi tres años que la Comisión de la Competencia denunció el monopolio de los derechos de autor y los abusos de las entidades de gestión. La Comisión Europea lleva años luchando por un mercado único de contenidos y el gobierno de Rajoy prometió reformar la propiedad intelectual para promover el mercado y licencias más adecuadas para los nuevos medios. Pero cada paso topa con el control de un mercado que sólo beneficia a unos pocos, eso sí muy poderosos y acomodados en el inmovilismo que premia a los grandes y perjudica al resto.

Columna en los diarios de Vocento