Tuesday, July 08, 2003

Malas señales en Antena 3


"El negocio de las privadas no es la calidad, si es que alguien puede decir qué es eso. Tan sólo ponemos espectadores a disposición de los anunciantes". Silvio González, director general de gestión de Antena 3 en los cursos de El Escorial.
¡Qué manía tienen algunos ejecutivos con confundir lo que ellos ignoran con lo que nadie sabe! Los espectadores saben de calidad. Pregúnteselo a la audiencia de CSI, Dos metros bajo tierra, los documentales de la BBC, El Comisario, Friends, Pasapalabra, Los Simpson, etc.
Esperamos que los responsables de programación de Antena 3 sepan algo. No sorprende que el encargado de gestión sea ignorante en contenidos, pero sería preocupante que también lo fueran otros responsables de la cadena. Les recomendamos un vistazo a HBO, otro a la BBC y uno más a la NBC. Si necesitan más ejemplos de calidad estaremos encantados de proporcionárselos.
Como cualquier empresa privada, la obligación de A3 es ser rentable, pero cuando los agentes de un "servicio público esencial de la televisión, cuya titularidad corresponde al Estado" (Ley de Televisión Privada, 3 de mayo de 1988) sólo piensan en el dinero ocurre lo que The Economist ha denunciado en su 160 aniversario como el mayor mal de capitalismo actual: la codicia de los ejecutivos a la procura de mayores emolumentos sobre el beneficio de los accionistas, la rentabilidad real (social y financiera) y el crecimiento del negocio.
Un medio de comunicación, aunque sea de entretenimiento, tiene una alta responsabilidad social. Por eso también es sorprendente que para el director general de gestión la continuidad o no del responsable de informativos sea "irrelevante".
Según la Ley de Televisión Privada: "La finalidad de la televisión como tal servicio público ha de ser, ante todo, la de satisfacer el interés de los ciudadanos y la de contribuir al pluralismo informativo, a la formación de una opinión pública libre y a la extensión de la cultura."
Son elementos de calidad. Vea televisión y aprenda, señor González. Es muy fácil: cuando le aburra, asquee o deje indiferente, es mala; cuando le entretenga, gratifique e informe, es buena.
Los espectadores le agradeceríamos que pensase en nosotros como su principal cliente, no sólo como "eyeballs" para los anunciantes.