Thursday, October 13, 2011

Huérfanos sin BlackBerry

Los dedos quietos. La pantalla boba, como antes del advenimiento de los teléfonos inteligentes. Los usuarios de BlackBerry han sufrido un apagón en los sistemas de la compañía que los ha dejado sin lo que distingue a los smartphones de un viejo móvil. Ni correo, ni internet, ni aplicaciones, sólo voz y SMS. Sus usuarios, indignados. BlackBerry maneja el correo y el resto de sistemas desde sus servidores. Esta avería desvela lo frágil de la identidad y los hábitos de los nómadas digitales, huérfanos sin sus móviles.
Para BlackBerry es un fallo letal en una empresa superada por sus competidores. Los nuevos móviles inteligentes como iPhone y Android han desbancado a un pionero todavía preferido por quienes aman su teclado físico. Pero su dominio del mercado de empresas e instituciones decrece. A pesar de su rediviva popularidad entre los jóvenes gracias a su mensajería, BB pierde clientes. Ha pasado de un 19% del mercado de móviles inteligentes a menos del 12% en un año. En España se calcula que el 6% de los usuarios de smartphones usan los móviles de la compañía canadiense, por debajo de iPhone y Android, con un 9% cada uno. Playbook, su apuesta por las nuevas tabletas está muy lejos del dominio de iPad y sus beneficios han caído a la mitad en un año.
Los usuarios están atrapados. El fallo en el sistema centralizado y cifrado de BlackBerry les deja sin alternativa y vuelven a revelar lo frágiles que somos ante la tecnología. La dependencia es cada vez mayor; la responsabilidad de las empresas, pequeña. Las asociaciones de consumidores animan a los usuarios a reclamar, pero las compensaciones que deben pagar las telefónicas son mínimas.
El problema no es tanto económico como la interrupción y sensación de abandono en una vida organizada por la tecnología, pero sin suficiente control ni respaldo. Sólo volver a la web desde conexiones wifi ha permitido a los usuarios conectarse. Una alarma contra los sistemas centralizados y una invocación a los usuarios para reducir su dependencia ahora que la nube empieza a acaparar los datos y contenidos de tantos.

Columna en los medios de Vocento