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¿Cuántos empleados tienen a su jefe entre los miembros de su red social? ¿Y cuántos clientes siguen sus productos o empresas preferidas con esas herramientas? Todavía pocos, aunque los directivos comienzan a participar en los medios sociales -cuatro de cada diez en Estados Unidos- una mayoría todavía creen que estas redes y sus herramientas tienen poco impacto en el negocio. Es cuestión de reputación y para tratar bien a los empleados, pero pocos las consideran útiles para comunicarse con los accionistas o mejorar los resultados.
La participación y la transparencia sirven más para vigilar y reclamar a los demás que como virtud y obligación de la empresa. Preocupa lo que se dice, pero sólo cuando repercute directamente en el negocio. Y esa conversación sigue más en la calle que en internet, dicen los
entrevistados por la consultora Burson-Marsteller sobre el impacto y el uso de las redes sociales en la empresa.
El jefe está en Facebook, pero sólo se fía de los medios que controla directamente.
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