Tuesday, March 19, 2013

El público se queja de medios con menos calidad


La crisis ha dejado a muchos medios con redacciones reducidas y menos recursos para la información. La audiencia lo sabe y se queja. El problema del periodismo es la calidad, no la cantidad. Una batalla en la que muchos llevamos muchos años y que el público más fiel no se cansa de repetir. La crisis no es excusa para sacrificar la calidad.
La cantidad es esencial. Los diarios y revistas gordos siempre han atraído al público y el negocio digital demanda cantidad de información tanto para mantener la errática y esquiva atención de la audiencia como para rentabilizar el bajo CPM de la publicidad. La presión de la cantidad acaba deteriorando el valor de la calidad, un problema en el que anida gran parte de las dificultades para rentabilizar la información y los medios digitales.
La audiencia quiere calidad. Una encuesta del State of the News Media 2013 indica que casi dos tercios (60.7%) de los norteamericanos que han abandonado los medios informativos (diarios y televisión, sobre todo) lo hacen por la pérdida de calidad de la información. Sólo menos de una cuarta parte (23,5%) se quejan de la reducción de noticias y de páginas en los diarios o tiempo de emisión en los telediarios.
Cuando se pregunta a toda la audiencia, la diferencia entre la importancia de la calidad y la cantidad se mantiene: un 48% del público se queja de información poco completa frente a un 31% que se fija más en la reducción de noticias.

Cuatro factores se consolidan entre los más importantes para el público de la información: la calidad, el atractivo, la adecuación a sus intereses e ideas, y la oportunidad, en tiempo y forma de consumo.
La percepción de la calidad depende mucho de cada producto y su orientación al público y el mercado, pero algunas característica sirven para el compromiso informativo: veracidad, rigor, precisión, credibilidad, completitud.
Criterios objetivos a los que se suman los subjetivos: utilidad, cercanía, comodidad, contextualización, selección, personalización, interactividad. Cada vez más importantes por el crecimiento de la adecuación y personalización de la información y la oportunidad o adaptación a el momento, la plataforma y dispositivo de consumo.
Esas dos últimas características crecen extraordinariamente gracias a los móviles y tabletas, donde los contenidos se hacen móviles y más útiles que nunca, por lo que los medios están obligados a ser contextuales: adaptados a la forma, momento y dispositivo de consumo.

Hacer mejor y más oportuno con menos. Es uno de los ejes de la mejor estrategia periodística de siempre, renacida con la crisis y la necesidad de diferenciarse en el inabarcable ciberespacio.
Cualquier medio debe decidir entre el periodismo cuantitativo o el de calidad. Sólo unos pocos grandes medios pueden aspirar a los dos.
El gran problema de la mayoría de los medios convencionales está en ser diferenciales, únicos y de valor para su público. En el mercado digital a esas características se une la escalabilidad de la información y los contenidos, tradicionalmente muy escasa.
Escalabilidad es el término usado en informática y sistemas para responder a un aumento de la demanda sin obligar a otros procesos o a un cambio estructural de los recursos. La capacidad de crecer y responder a las necesidades sin fracasar y adaptándose a las necesidades de la demanda, como la infraestructura de servidores, en la nube o el poder de los algoritmos para responder a nuevas necesidades.
El periodismo es parco en escalabilidad. Tradicionalmente el contenido se ha concebido como único, para un sólo uso y un tipo de consumo determinado, sin capacidad de reutilización ni adaptado a un consumo y demanda diferente en función del soporte, el hábito de consumo o la forma de uso que cada usuario le da.
La escalabilidad se gana con una programación de la información adecuada a la demanda y enfocada a diferentes plataformas con características de formatos diferentes.
Elementos imprescindibles para un modelo de negocio sostenible y de calidad que algunos medios empiezan a desarrollar con su estrategia informativa en redes sociales, alertas, contenido digital y publicación en soportes tradicionales. Una estructura y programación de la información que supera la obsoleta discusión de si es primero el soporte convencional o el digital para aprovechar el consumo, audiencia y negocio de cada uno.