Friday, June 20, 2003

Leed a Orwell


En estos días de diarios saturados de columnas y artículos perfectamente prescindibles, totalmente partidarios, a menudo poco inteligentes y todavía peor escritos, es un placer leer los escritos periodísticos y ensayos de George Orwell, muerto a los 47 años en 1950 y cuyo nacimiento cumple un siglo el próximo miércoles 25.
Orwell escribió como vivió. Comprometido, observador, reflexivo, sincero. Su estilo es musical, vivo, de gramática inteligente y verbo agudo, sin concesiones a la literatura. Sus novelas son un monumento antitotalitario –1984, Rebelión en la Granja–, sus artículos y ensayos una lección para todo periodista.
Leed a Orwell. En Birmania, donde fue policía colonial, abominó del colonialismo, y en España, donde luchó por la Republica y una bala dañó esos pulmones que lo llevarían a la tumba, se desengañó del socialismo y el nacionalismo, como tantos españoles hicieron y hacen. Vino a España a padecer los males de la tierra, más universales de lo a veces parecen, y volvió a la brumosa Inglaterra para escribir sobre ellos. Su testimonio es Homenaje a Cataluña, libro sincero.
Entre sus ensayos, algunos traducidos al castellano, hay maravillas como El ahorcado, testimonio vívido de la pesadilla colonial; Los chicos de los semanarios, sobre la prensa sensacionalista y sus torticeros mensajes; escritos políticos como El león y el unicornio, Apuntes sobre el nacionalismo o Mi país a la derecha o la izquierda; y delicias como Buenos malos libros o El declive del asesino inglés.
Leed a Orwell. Hay más estilo y más pensamiento en dos de sus frases que en la mitad de la prensa del día.
No te lo pierdas, aprovecha los aniversarios y apaga la tele. Sólo salen Beckham y Yola.