A pagar por los mejores canales del monstruo del vídeo en internet. YouTube se suma al convencimiento de casi todos los medios de que la publicidad no es suficiente y lanzará canales de pago. El gigante digital quiere mejorar la oferta de vídeos de gatos y bebés para reinventar la televisión multipantalla y bajo demanda con sus más de mil millones de usuarios.
La disrupción digital ha llegado a la televisión, como antes a los clasificados o a la prensa. Experiencias norteamericanas como el vídeo bajo demanda de Netflix, con 32 millones de abonados, Hulu o el iPlayer de la BBC apuntan el camino: televisión bajo demanda, disponible en cualquier dispositivo, sin publicidad o con comerciales atractivos para los espectadores y sin la penuria del exceso de interrupciones de la televisión convencional.
El público está dispuesto a pagar por eso, al menos en los países con mayor tradición y oferta de televisión de pago que España. No mucho, pero lo suficiente para mantener una programación y una audiencia a la que rentabilizar por otras vías.
YouTube ya es la plataforma de la televisión digital. Su enorme audiencia e influencia lo convierte en el gran promotor y distribuidor del vídeo en todo el mundo. Con canales de pago entre 0,99 y 1,99 dólares completa su oferta gratuita y envía una señal a la televisión de pago convencional: la gente paga por los canales con los que se identifica, no por la amalgama de contenidos que no quiere ni necesita. Programación bajo demanda y elegida a gusto del consumidor para disfrutar en cualquier pantalla.
Esa es la nueva televisión. YouTube calcula conseguir entre un diez y un veinte por ciento de sus ingresos por los canales de pago. Suficiente para financiar una programación inviable sólo con publicidad en internet.
La gente no dejará la televisión convencional, pero cada pantalla se asocia ya con un público y una oferta: televisión en abierto para informativos, telerrealidad y tertulias; de pago para deportes, películas y series premium, y una nueva oferta de pago para los televidentes más jóvenes y sofisticados.
Columna en los diarios de Vocento