Monday, December 02, 2002

Chapuza intervencionista


El Gobierno ha aprobado por fin la fusión digital. Jesús Polanco ya puede ser el dueño de la televisión digital en España a cambio del cromo de la ruinosa Localia TV. Eso sí, la autorización de la fusión se lleva por delante el trabajo de muchos otros grupos y profesionales y una ley de acompañamiento a los Presupuestos del Estado que altera radicalmente el panorama televisivo: el actual y el que se había ido dibujando en los últimos tiempos.
Con su política de colocar peones allá donde puede, premiar a los dóciles, desconfiar de propios y ajenos, y apoyarse en amigos de conveniencia, el Gabinete de José María Aznar ha dejado a todos descolocados confundiendo el interés general con el intervencionismo, la concentración con la viabilidad económica y el acceso a la información con el fútbol.
La fusión de la platajunta SogeVía se realiza con 24 condiciones generales y diez específicas sobre el fútbol. Las referentes a los contenidos y su distribución por varias plataformas –TV de pago, Internet de banda ancha u otras electrónicas y digitales– recogen lo sustancial de las diez condiciones propuestas por el Tribunal de Defensa de la Competencia (ver nuestro artículo Fusión digital). No son suficientes dada la situación de dominio que se crea, pero van en buena dirección.
Lo que no es inteligible es que el Gobierno fije los precios de la televisión de pago, equiparándola así con los servicios esenciales, lo que evidentemente no es. La futura SogeVía debe pelear en el mercado en igualdad de condiciones con otros operadores, bien de TV digital por satélite o de cable o cualquier otra plataforma de pago por visión.Sus precios no deben condicionar de ninguna forma los del resto de operadores si vienen prefijados por el Gobierno. Otra vez se cae en la trampa de mercados presuntamente liberalizados pero altamente intervenidos como los de las telecomunicaciones y la electricidad.
Para rematar, la ley de acompañamiento de los Presupuestos aleja a Polanco de la televisión en abierto y perjudica sin compensación alguna a otros inversores como el Grupo Correo Prensa Española o la propia Telefónica. La prohibición de participar en cadenas nacionales y locales de TV supone un freno horizontal en un mercado donde los principales peligros son verticales: control de la producción y la distribución, cosa que el Grupo Prisa puede seguir haciendo con las condiciones previstas.
Una vez más, el Ejecutivo comete un grave pecado de inseguridad jurídica, legisla en contra de las tendencias europeas y mundiales (directivas Televisión sin Fronteras de la Unión Europea y los recientes informes sobre el mercado de la Federal Communications Comission norteamericana: ver Cómo se sustituyen unos medios a otros) y perjudica a muchos para que ganen pocos. ¿Quién?
Por las reacciones parece que muy pocos, pero Aznar, a quien le gusta planificar, tendrá candidatos en la cabeza, quizá los beneficiados por sus últimos movimientos mediáticos y algunos de esos amigos extranjeros de los que tanto se ufana (ver más abajo Bombazo televisivo) .

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