Wednesday, July 17, 2002

Rolling Stone, el fin de un sueño de letra y música


Jann Wenner, editor de la revista epítome del nuevo periodismo, heredera de la mejor tradición de la palabra para contar la música y la vida de alrededor, de la contracultura y el pop, se ha rendido. Cambio de editor para poner al frente a un inglés, Ed Needham, de 37 años, procedente de FHM (For Him Magazine). El cambio es el inicio de una renovación editorial que se basará en menos texto, menos líneas para contar esas cosas que no son sólo música y adiós a los grandes reportajes: nada tipo Tom Wolfe, Hunter S. Thompson, PJ O´Rourke y tantos otros que hicieron de RS lo que es con sus historias de backstage, drogas, susurros, canciones y una mirada cómplice al lado salvaje.
No es una sorpresa. El último número lleva a Natalie Portman en portada y ya nadie se acuerda de cómo se cuenta un gira a ritmo de wah-wah, Dylan Thomas como Capitán Ideas y metáforas entre volutas de ganja. Wenner dice que ya nadie necesita tantos artículos de más de 7.000 palabras, que el mundo es visual y que los adolescentes –objetivo actual de la revista– no están interesados en toda esa contracultura que sobrevalora a dinosaurios del rock, poetas olvidados y odia a Britney Spears aunque se haya operado las tetas.
¡Si Jim Morrison levantara la cabeza!
FHM es algo así como el catálogo del lencería de unos grandes almacenes con pies de foto titulados. La profundidad editorial tampoco es mayor. Pero parece que eso es lo que el fundador de RS cree que puede atraer a los adolescentes a la revista cuando ya los mayores de 30 no leen más que el estadillo de sus cuentas bancarias.
RS está asediada de un lado por publicaciones como Blender, que conecta mejor con los jóvenes, a los que los aullidos de Thompson sobre una Harley les parecen cosa de sus padres; de otro por revistas como Entertainment Weekly, centradas en los famosos; y de otra por las “lad magazines”, la cuna del nuevo director: FHM, Maxim, etc., porno light y ropa de marca con algo de Eminen para quedar bien.
Wenner tiene razón en una cosa: todo el mundo habla de RS, de Esquire y de Atlantic Monthly, pero nadie las lee… y sus anunciantes lo saben.
NYT