Thursday, July 01, 2010

Publicidad con consentimiento previo

Utilidad, personalización, contacto con personas y marcas. En el móvil encuentras con facilidad qué hay a tu alrededor. En internet la publicidad se acerca a tus gustos. Son ventajas de la publicidad interactiva y de su manejo de datos de los usuarios. Para unos son sólo bits, datos sobre la navegación desde un equipo. Para otros son información personal. Esa disputa enfrenta a las autoridades de protección de datos y a la industria digital. De su resolución depende cómo se navegará, de internet a los móviles, el negocio digital y la propia gratuidad de muchos servicios y contenidos.

Los responsables de protección de datos cargan contra las cookies, las pequeñas herramientas que recopilan información de uso. Permiten a redes y webs segmentar la publicidad por la ubicación e intereses y sirven para paliar la ceguera selectiva de los usuarios contra los anuncios. Para anunciantes y medios optimizan la publicidad, a los usuarios les permiten ganar usabilidad y recibir más contenidos adecuados a sus intereses.

Las cookies se pueden borrar y rechazar. Se hace a menudo cuando se limpia el historial de los equipos. También deben caducar. De los cuatro principales navegadores -Explorer, Firefox, Chrome y Safari- sólo el último bloquea estas aplicaciones por defecto. A diferencia de las redes sociales, no identifican datos personales, imágenes o relaciones, sólo por dónde y cómo se navega.

Las autoridades europeas quieren el consentimiento previo del usuario para instalar cookies e identificar visualmente las páginas que las utilicen. Anunciantes e industria protestan y piden diferenciar la información personal –nombre, edad, sexo, amigos- de los datos de navegación. Cuando los usuarios despliegan una identidad compartida en las redes sociales y datos se utilizan datos de localización o intereses, la gestión de la privacidad debe ser activa. Es un desafío para los ciberciudadanos y una responsabilidad que obliga a más transparencia y a garantías que no atenten contra los beneficios de la sociedad digital.

Columna en los medios de Vocento