Tuesday, July 07, 2009

La eEspaña de siempre


La España digital es terriblemente parecida a la de siempre. País de cotillas y mirones, de poca iniciativa y menor creatividad, agazapados tras el unamuniano "¡que inventen ellos!", adormecidos en por el ocio digital, entregados al vídeo y al chisme (ahora 2.0) y con más vocación especuladora que de inversión. A poder ser, gratis. Es el enésimo diagnóstico sobre la sociedad de la información, esta vez del informe eEspaña 2009 de la Fundación Orange.
La sociedad de la información mejora, pero le cuesta. Vive del tirón de la Administración y el dinero público. Sólo en los servicios y mercados donde la competencia es fuerte, como los móviles, vamos en cabeza del pelotón europeo. O se mantiene el impulso de inversión pública o se cambia la estructura económica. Pero esta vez no están en falta las administraciones, que especialmente desde el año 2005 han dado un impulso de miles de millones a las tecnologías de la información, sobre todo con el Plan Avanza.
Más déficit hay en las empresas -donde la inversión en I+D y la apuesta por nuevos negocios es ridícula-, en mercados donde se trabaja para mantener el cortijillo y en la falta de educación (también digital). No innovamos: mucha teoría y mucha producción académica, poca praxis. Paradoja: existe una sobreoferta de profesionales cualificados desaprovechados.
Falla la competencia. Donde hay pelea los resultados mejoran. El móvil es la prueba gracias a la pugna entre compañías en un mercado donde las infraestructuras son nuevas y no sufren tanto el peso de los viejos monopolios.


Faltan contenidos y servicios, motores del consumo, como demuestra el crecimiento de la banda ancha con las ofertas de televisión y servicios interactivos. Falta digitalización en la poderosa industria editorial. El cine y las series extranjeras se prefieren a las españolas, que faltas de pantallas no se atreven a volcarse en internet. Y el gratis total no sólo es economía de la abundancia, sino respuesta a la escasez de contenidos y plataformas digitales. Cuando existen, los ciudadanos compran y pagan, pero el mercado está dominado por empresas extranjeras y los autores del informe se quejan de la falta de "nuevos e imaginativos modelos de negocio".
El vídeo y las redes sociales mandan, pero son poco productivas. Surge el riesgo de una nueva brecha digital entre los ciudadanos premium, quienes contratan y acceden a servicios avanzados y quienes siguen pensando que internet es sólo para oír música o leer diarios por la cara. Entretanto, perdamos un poco más de tiempo en peleas obtusas sobre el pago y lo gratis, la propiedad intelectual, etc. Del negocio se encargan otros. Unamunianos somos.

Columna semanal en Público