
Son excluidos, viven en la calle, víctimas de la recurrente crisis de un país que malgasta constantemente su riqueza, pero son humanos, tienen alma y arte. Son Arte sin Techo, la iniciativa de un grupo de muralistas argentinos que ha iniciado en la pintura a varios sin techo que han aprendido a pintar una nueva vida.
En Buenos Aires viven unas 3.500 personas en las calles y Arte sin Techo aspira a devolverles un poco de dignidad, ilusión y dotarlos de un oficio.
Primero se convocó a muralistas para limpiar el lienzo urbano de Buenos Aires de pintadas políticas, luego se sumaron estudiantes, colegiales y vagabundos.
Ya hay cuatro caminos de arte y esperanza con doce murales acabados. Organizaciones vecinales, escuelas, instituciones y empresas ya están encargando más.
Los objetivos: formación artística de los desposeídos, formación social, desarrollo de microempresas y realización de nuevos trabajos.
Esperanza, ilusión y un nuevo tapiz urbano gracias a la pintura de calle.