Rajoy ya es presidente y anuncia una nueva televisión. Al presidente le preocupan los jóvenes y la cultura, dijo en su investidura, pero no habló de internet ni del canon digital, cuya reforma fue prometida por el PP y viene obligada por Europa. Ni de la ley Sinde dormida en el cajón del Consejo de Ministros. No mencionó a los medios digitales cuando habló de los emprendedores. Educación bilingüe, pero ni una palabra sobre la versión original en televisión y cines. Austeridad y proyección de la cultura española, pero fundido en negro sobre el Ministerio de Cultura o la financiación del cine y las artes.
A Rajoy le preocupa el telestado, como a todos los políticos. Promete abrir las autonómicas a la gestión privada de las cadenas o de sus recursos y programas, aunque se supone que manteniendo la titularidad pública. Ni el presidente ni sus ministrables hablan de redefinir el servicio público audiovisual. Sobre RTVE, mucha queja y ganas de meterle mano, sobre todo a unos informativos líderes mes a mes durante más de cuatro años consecutivos.
El presidente promete renovar el Consejo de RTVE, descabezado sin presidente desde la dimisión de Oliart en julio y utilizado como arma propagandística. Sin noticias de una televisión pública que hereda un modelo de financiación insostenible. El PP tampoco puede presumir de probidad ni eficiencia en sus televisiones autonómicas, caras, poco vistas y menos independientes.
Las investiduras son para los proyectos y la ilusión. También para fijar el tono de una presidencia. La de Rajoy llega privatizadora del telestado y poco atenta a la sociedad digital. El acceso a la tecnología, la comunicación, la información y la cultura son la red de una sociedad del conocimiento imprescindible para la competitividad y el desarrollo.
Rajoy no tuvo palabras para un futuro que es presente en los móviles inteligentes y la convergencia de televisión y banda ancha. Donde las pantallas son el nuevo espacio público en las redes sociales y la economía es digital. Reinicie, presidente.
Columna en los diarios de Vocento