El recorte llega a los canales de TDT. El gobierno quiere que las televisiones compriman sus frecuencias y renuncien a tres múltiples. Quiere ahorrar parte de los 800 millones de euros que el reframing de frecuencias nos costará a todos: estado, operadores y comunidades de vecinos. Pero las cadenas se han instalado en la abundancia de la TDT. No quieren sacrificar canales cuando están cambiando su negocio de la publicidad masiva a la segmentación conseguida con las cadenas temáticas, las que más crecen y atrapan la atención –en la pantalla grande, pero también en tabletas y móviles- de cada perfil de público.
Las frecuencias a liberar son el llamado dividendo digital y serán utilizadas por los servicios móviles en todo el mundo. A pesar de la abundancia digital provocada por la TDT, nadie quiere reducir canales para no rebajar su negocio ni limitar la innovación tecnológica y de contenidos. RTVE debería renunciar a unos de sus dos múltiples, las autonómicas a otro y los seis privados quedarían en cinco.
El encogimiento técnico de los múltiples permitirá seis canales en cada uno frente a los cuatro actuales. La solución hace prácticamente imposible la emisión simultánea de alta definición y normal, empleada por las teles para evitar la limitación del parque de televisores preparados para HD real, la innovación más valorada por los espectadores junto al aumento de canales.
Con una caída de la publicidad del 35% desde que empezó la crisis, las cadenas luchan por el nuevo negocio con los canales temáticos, los únicos que crecen en audiencia y publicidad. La paradoja es que con tantos canales ha vuelto un duopolio: Telecinco –tras la compra de Cuatro- concentra siete canales y el 41% de los anuncios-, Antena 3 y La Sexta suman ocho canales y el 40% de los spots emitidos. Entre las dos acaparan tres cuartas partes del negocio. El resto de cadenas sólo emite el 17% de los 72 anuncios vistos cada día por cada espectador. Los canales temáticos son vistos ya por uno de cada cuatro espectadores y nadie quiere reducir la dieta de la abundancia.
Columna en los diarios de Vocento