La televisión privada y la convergencia con internet están de enhorabuena. El doble apagón: el analógico, con la digitalización y la TDT; y el comercial, con la pérdida de la publicidad en RTVE, enriquece la televisión, en ingresos y en opciones para los espectadores. La gran pregunta es si un modelo tan fragmentado será sostenible.
Quizá no para todos, pero las grandes cadenas privadas, Telefónica y la televisión en internet aparecen entre las ganadoras.
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