No hay rival. España arrasa en la Eurocopa y dispara las audiencias en todas las pantallas. La Roja está en la televisión, el vídeo en internet y en las redes sociales, donde los seguidores de los jugadores crecen con cada gol. La victoria de España contra Irlanda reventó récords de audiencia con 13,28 millones de seguidores, más que los 12,9 millones que vieron a la selección de fútbol conquistar el Mundial de Sudáfrica. Y con esas marcas Telecinco y Cuatro se disparan. ¿Hasta dónde llegarán las audiencias si La Roja sigue ganando?
Telecinco se encumbró el anterior partido ante Irlanda hasta el 70% de cuota de audiencia y rozó el 26% en todo el día. Una cifra inédita desde la aparición de la TDT y la fragmentación de las audiencias. Con semejante éxito los impactos publicitarios se dispararon. Telecinco siempre se ha quejado de la dificultad de rentabilizar los altos precios de los derechos deportivos, pero nada como el fútbol para romper todas las marcas.
Y con la cadena, los grandes anunciantes contentos. Hay audiencia para todos y en todos los medios. Una euforia con la Eurocopa muy diferente a la de las Olimpiadas de Londres. Con una RTVE sin publicidad la audiencia estará encantada, pero los anunciantes se quejan de la ocasión perdida. Lo mismo ocurrirá en Gran Bretaña, donde los Juegos serán retransmitidos por la pública BBC.
El resto de medios respirarán pero no saldrán de la crisis. Sus coberturas no rentabilizarán lo que no facturan las grandes cadenas públicas. Los anunciantes se lamentan de que no conseguirán llegar al mismo público. Los medios, principalmente el resto de cadenas, de la audiencia y el negocio que perderán.
El deporte es el mayor negocio de la era del espectáculo. Nada une tanto a la audiencia, nada anima igual la publicidad y los contenidos de pago. Tanto que a veces es difícil distinguir a los deportistas entre logos y marcas. El deporte es la mayor liturgia de la sociedad del espectáculo y los medios viven al ritmo de sus competiciones.
Colummna en los diarios de Vocento